La estruendosa magia de la biblioteca

Nathaly Arbizú
Aug 16, 2018
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Updated: Oct 10, 2019

El único sonido que se puede percibir es el de tecleos en las computadoras portátiles de las personas. De vez en cuando alguien estornuda, pues el olor a libros viejos le causa alergia. En el mismo lugar, se encuentra más de uno que se introduce en su propio mundo al ponerse los audífonos. Este aposento al que recurren los amantes del silencio y de los libros (y a veces también quienes dejan sus tareas a última hora) es conocido como la biblioteca.

A las siete de la mañana se abren las puertas de la biblioteca de la Universidad del Istmo (UNIS) para darle paso a los estudiantes que se encuentran esperando a entrar a las instalaciones. Profesores y estudiantes se dirigen a este lugar para encontrar el ambiente adecuado para concentrarse, mientras el personal vela que la paz se mantenga.

El trabajo de estas personas no pasa desapercibido, Carmen Aguilar, estudiante de segundo año de Diseño Industrial del Vestuario se encuentra agradecida porque son amables, atentos y ayudan a mantener el silencio que ella necesita para concentrarse en sus asignaciones.

Y su labor no se limita solo a conservar el silencio. Según Patricia Figueroa, subdirectora de la biblioteca, desde las siete de la mañana los trabajadores reciben lo periódicos del día para ordenarlos, consiguen accesos a artículos y libros digitales y en el área de proceso técnico los empleados se dedican a clasificar los libros que se acaban de adquirir (de 30 a 50 al día). Además, ayudan a los interesados a encontrar el material que necesitan en las estanterías (tal vez, si tuviéramos el orden que los bibliotecarios, encontraríamos nuestros atuendos de manera más fácil).

“Trabajamos de siete a siete todos los días” afirma Figueroa. “Nuestros días más ocupados son los lunes y miércoles, por Forhum”, agrega. Forhum se refiere al curso de Formación Humanística que reciben todos los estudiantes de la UNIS, en el cual deben de leer libros, ver documentales o películas para enriquecerse intelectual y personalmente.

Así transcurren los días en la biblioteca de la UNIS, preparando a mentes grandes y jóvenes para el futuro. Quizá nunca entendamos la magia de este lugar, ¿será el olor de los libros? ¿la camarería que uno siente con el que está sentado al lado? ¿tal vez el sonido de las teclas? Quién sabe, lo más importante, es que existe un espacio dedicado a la reflexión y concentración que es tan difícil de conseguir en el ambiente cotidiano.