Porqué en cualquier parte del mundo podrían entender tu vergüenza
- Nathaly Arbizú
- Oct 21, 2018
- 4 min read
Updated: Oct 10, 2019
Todos hemos pasado por algún momento en el que pensamos “¡trágame tierra, solo quiero desaparecer!” Cuando le contamos a nuestros amigos los sucesos, es normal que varios reaccionen de manera empática, pues lo más probable es que hayan pasado por una situación similar o que puedan imaginar lo que sentirían si ellos hubieran pasado por los hechos. Según un estudio publicado en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos de América (PNAS, por sus siglas en inglés), podría ser porque la vergüenza es un rasgo adoptado por el humano por medio de la evolución y no un producto de las culturas en las que vivimos.
La investigación se realizó por un grupo de 26 científicos de diferentes países. Liderados por Daniel Sznycer, del departamento de psicología de la Universidad de Montreal, Canadá; partieron del hecho de que nuestros ancestros, al vivir en comunidades pequeñas y altamente interdependientes, arriesgaban su supervivencia si no se mantenían como seres valiosos para el grupo. Por esto era crucial para ellos poder valorar sus actos (por ejemplo, robar) y sus consecuencias (¿Qué pasará si descubren que robé?).
Para evaluar si el fenómeno de la vergüenza es entonces una característica biológica humana (es decir, natural e innata), los científicos estudiaron a 899 personas de 15 comunidades –con poca relación entre ellas- altamente diferentes, económica, cultural, religiosa y ecológicamente alrededor del mundo.
La metodología para llevar a cabo el estudio consistió en presentarle a los participantes seleccionados aleatoriamente –y con su consentimiento- 12 posibles situaciones en las que sus propias características, circunstancias o actos podrían verse como negativos (para medir la vergüenza que sentirían); o 12 situaciones en las que hacían el mismo juicio para otra persona del mismo sexo (para medir la devaluación que le darían a la persona).
Se les pidió que, para cada ocasión, indicaran qué tan negativamente se verían a sí mismos o a otra persona por medio de una escala de Likert, ya que sus propiedades psicométricas –que miden las funciones y características mentales- suelen ser adecuadas. Esta iba de 1 (“No los vería para nada negativamente”), al 4 (“Los vería muy negativamente”). Se contempló solo 4 grados para hacerlo simple y evitar la confusión de varios de los estudiados que eran analfabetas. Solo en la comunidad de Marruecos se utilizó una escala de 7 puntos, pero los investigadores no especifican por qué.
Los escenarios fueron diseñados de tal manera que se pudieran adaptar a cualquier cultura y estrato social (por ejemplo, “la persona es perezosa” en lugar de “la persona solo pesca una vez a la semana”). El proceso de investigación fue aprobado por varios centros de investigación, entre ellos: la Junta de Revisión Institucional en la Universidad de California, la Universidad de Rutgers, la Universidad Normal del Este de China, y otros en Ecuador, Nigeria y Rusia.
Dentro de cada comunidad, se reportó una alta uniformidad en los resultados. La mayoría de personas en una comunidad emitió los mismos juicios. Apenas un promedio del 3.7 por ciento estableció el índice de variación. Mientras que, al comparar los resultados entre comunidades, un 28 por ciento lo determinó. Esto quiere decir, que alrededor de 647 individuos de los 899, evaluaron las situaciones de la misma manera.
Galería: algunas de las comunidades encuestadas.
El 80 por ciento de los resultados -alrededor de 719 respuestas- pasaron la evaluación de la tasa de falso descubrimiento (FDR, por sus siglas en inglés), una estimación estadística que define qué datos son significativos y cuáles no. La edad de los encuestados no se tomó en cuenta ya que, por razones desconcidas, los investigadores no la registraron en la comunidad de China mientras que en el resto de grupos sí.
La uniformidad de los resultados en comunidades tan diferentes lleva a los científicos a inferir que la vergüenza es un rasgo universal de los humanos, como parte de la psicología evolucionista. Estas predicciones ya habían sido puestas a prueba en tres países: Estados Unidos, la India e Israel; en los cuales los resultados fueron replicados por todos. Sin embargo, tenían muchas características en común (son países desarrollados, ricos, globalizados, educados y democráticos), pues son áreas occidentalizadas. Es por esto que este grupo de científicos decidió evaluar la universalidad de este fenómeno en las 15 comunidades estudiadas.
Aun así, es importante destacar que esta es una de las primeras investigaciones en el tema y que el tamaño de la muestra por comunidad varió, pues en algunos grupos se estudiaron a más personas que en otros.
Aunque la investigación es una de las pioneras en tratar de comprobar si vergüenza es un rasgo biológico, es un paso importante para entender por qué interactuamos como lo hacemos en la actualidad. Estudios como estos podrían influir en políticas y leyes que tengan que ver con la dignidad de las personas, como los Derechos Humanos, que pretenden proteger universalmente a todas las personas.
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